Cada 4 años se celebran unas nuevas olimpiadas, como viene ocurriendo desde 1896, en su era moderna. Y así, sin darnos cuenta, ya tenemos a la vuelta de la esquina Tokio 2020 y me ha surgido esta cuestión.
Primero, un poco de historia de las olimpiadas…
Como suele ocurrir existe alguna discrepancia al respecto, pero considerando las teorías mas consolidadas diremos que las primeras olimpiadas se celebraron en el 776 a.C. Evidentemente distaban mucho de lo que son ahora, constando únicamente de una prueba: el estadio, carrera a pie que tomó el nombre del edificio donde se llevaba a cabo. Durante 12 siglos los juegos olímpicos fueron evolucionando, añadiendo pruebas como carreras de cuadrigas, jabalina, pugilato etc. Su ocaso llega con la conquista de los romanos y su adopción del cristianismo en el 390 d.C.
¿Se entregaban medallas a los ganadores?
Pues no. A los atletas antiguos se les entregaba, como mucho, una manzana o corona de laurel y olivo (símbolo recurrente en las medallas, no por casualidad). Para ellos, el verdadero premio era el honor de ser el vencedor y el reconocimiento adquirido entre sus coetáneos. Algunos poemas o leyendas sobre sus gestas han perdurado hasta hoy.
La primera medalla en unos juegos olímpicos, y esto sí que es una sorpresa para muchos, no se entregó hasta 1896 en Atenas, al ganador de la prueba de triple salto. Pero no era de oro, si no de plata, con un motivo compuesto por Zeus, Nike y la acrópolis. No fue hasta 1904, en Estados Unidos, que se premió a los vencedores con una medalla de oro hecha enteramente de este material. Así se mantuvieron los premios durante dos olimpiadas, siendo las de 1912 las últimas con medallas de oro macizo.
Entonces ¿A qué viene la entrega de medallas deportivas?
Siéntete olímpico. Emblemarket.
Hoy en día, todos relacionamos estrechamente medalla y deporte, pero en realidad es una tradición tomada de la vida militar, gran protagonista de nuestra historia. Incluso la jerarquía “oro, plata, bronce” procede de la costumbre de condecorar con insignias de oro a los altos mandos y con las de plata a sus subordinados. Aunque también cabe señalar que estos metales representan las tres primeras edades del hombre en la mitología clásica.
Y en la actualidad ¿De qué están hechas las medallas olímpicas?
A nivel oficial, el COI establece que la medalla de oro debe contener, al menos, 6 gramos de este metal precioso, con una pureza de 24 quilates. Por ejemplo, en los últimos juegos olímpicos de Rio 2016, la medalla dorada tenía “solamente” un 1,34% de oro, siendo mayormente de plata (92,5%) y de cobre el resto. Ahora bien, teniendo en cuenta que pesan algo más de 500 gramos, cumplen con la normativa y el coste neto de cada una sobrepasaría los 600 dólares. Si multiplicamos esta cantidad por las 812 medallas de oro (de una total de 2500 aproximadamente) producidas para Rio 2016, apreciaremos la enorme inversión que se debe realizar en la organización de unos JJ OO. Como todo objeto con más valor simbólico que material, cualquier medalla de unos juegos, ganada por un atleta, obtendrá un precio mucho más elevado en el mercado del coleccionismo. Curiosamente, una de las medallas ganadas por Jesse Owens en las olimpiadas de 1936, se subastó por casi 1,5 millones de dólares. Tal vez no sea oro todo lo que reluce, pero ni falta que hace. ¿Verdad?
En materia de medallas el oro no lo es todo. Existen de otros muchos materiales, y sobre todo con motivos que hacen que una medalla gane valor por su calidad artística. Como en la colección de medallas “Emblemarket”, esculpidas en moldes de acero una a una por un premio de Bellas Artes. En los últimos años, y en parte gracias al auge de las carreras populares, se están viendo medallas especiales, totalmente personalizadas a gusto del cliente y con diseños modernos y sorprendentes. En Emblemarket somos especialistas en la producción de medallas por encargo y esperamos contribuir para que todos los deportistas, de cualquier nivel, reciban un galardón digno de sus esfuerzos y habilidades.
Escrito y editado por Sara Fernández Rodríguez.